RECORD DE VUELO

 



09/10/10.-

Investigadores de aves playeras documentan nuevo récord de vuelo para Calidris canutus

Durante el mes de mayo de este año, un Calidris canutus de aproximadamente 170 gramos de peso (un ave playera posee solo dos tercios del tamaño de una paloma) voló sin parar durante seis días (y noches) una distancia de 8.000 kilómetros a través de la Amazonia y el Océano Atlántico, entre el sur de Brasil y Carolina del Norte, superando anterior récord del C. canutus por casi 1.126 kilómetros. En agosto pasado, este mismo individuo voló sin parar durante ocho días entre la Bahía de Hudson en Canadá y el Caribe, recorriendo una distancia de 5.100 kilómetros.

Esto es parte de los fascinantes resultados publicados recientemente en el boletín del International Wader Study Group (Grupo Internacional de Estudios sobre Aves Acuáticas), por un grupo de investigadores de aves playeras de los Estados Unidos, Canadá, Argentina, Gran Bretaña, y Australia. El autor principal Larry Niles, científico de la Wildlife Conservation Society de Nueva Jersey (EEUU), junto a sus colegas utilizaron para la investigación una técnica relativamente nueva e innovadora: colocar en las patas de las aves playeras un geolocalizador sensible a la salida y puesta del sol, lo cual permite obtener valiosa información sobre la dinámica de migración anual de esta especie amenazada. Los C. canutus pasan el invierno (del Hemisferio Norte) en el sur de Sudamérica (Tierra del Fuego) y se reproducen en el Ártico de Norteamérica.  (El artículo continua bajo del siguiente mapa)


Entre mayo 2009–2010, un Calidris canutus (nombre de registro, “Y0Y”) voló 26.700 kilómetros anuales, superando anterior récord, según los datos obtenidos de su geolocalizador. El mapa muestra la ruta y fechas de su migración, que incluyó ir al Ártico canadiense para reproducirse además pasar su “invierno” en Patagonia, Argentina./Cortesía de Larry Niles. Haga clic aquí para ver un mapa más grande

Además de los vuelos intercontinentales ininterrumpidos de hasta ocho días, los investigadores aprendieron que las aves suelen hacer desvíos extensos alrededor de las tormentas tropicales durante su migración hacia el sur, descubriendo nuevas rutas migratorias para esta especie. Esta información se convierte en un insumo fundamental para las acciones de conservación efectiva de esta especie amenazada.

“El Playero rojizo ha venido enfrentando fuerte declive en su población durante los últimos diez años,” señala el Dr. Charles Duncan, Director del Proyecto de Recuperación de Aves Playeras, del Centro Manomet para las Ciencias de la Conservación. “La combinación de nuevas tecnologías de esta emocionante investigación con esfuerzos intensivos de conservación nos da la esperanza de que, juntos, podemos recuperar las poblaciones de esta impresionante ave, uno de los grandes viajeros del planeta.”


El geolocalizador, sensible a la salida y puesta del sol, en la pata de este Calidris canutus registra la longitud del día donde el ave pasa durante su ciclo migratorio anual. Luego los investigadores analizan los datos para rastrear su viaje./ © Jan van de Kam



Los investigadores demostraron que el geolocalizador ligero, visto aquí en detalle, no afectó al comportamiento o las tasas de supervivencia de los Calidris canutus. / © Jan van de Kam

Durante mayo de 2009, geolocalizadores se instalaron a las pequeñas patas de un total de 47 individuos de C. canutus que habían sido capturado durante su parada anual en Bahía de Delaware (EE.UU.), donde recargaron energías alimentándose de huevos de Cangrejo herradura (Limulus polyphemus) antes de su vuelo final a sus áreas de reproducción en el Ártico canadiense. Tres de esas aves fueron recapturadas durante su regreso a Bahía de Delaware en mayo 2010, y sus geolocalizadores fueron exitosamente recuperados. Analizando los datos de geolocalización registrados durante un año, los investigadores constataron que el ave que voló casi 8.000 kilómetros sin parar durante seis días también cubrió una de las distancias más grandes registradas en un año para cualquier especie de ave: 26.700 kilómetros anuales!

“Hemos sabido por mucho tiempo que alcanzar el Ártico a tiempo para reproducirse exitosamente requiere de vuelos de larga distancia hacia el norte, y por eso la buena calidad de hábitat en sitios de paradas, como Bahía de Delaware, es crítico para el descanso y reabastecimiento,” señala Niles, investigador principal del proyecto. “La sorpresa ahora fue que después de la época de reproducción las tres aves con geolocalizadores también hicieron vuelos de regreso de larga distancia, lo que nos permite relevar la importancia de los sitios de parada hacia el sur como Cabo Cod en Massachusetts, y la costa Atlántica de Nueva Jersey.”

Los datos obtenidos revelaron además que durante la migración hacia el sur en 2009, las tormentas tropicales obligaron a que dos de las aves debiesen hacer largas desviaciones, con el agotamiento de energía que eso genera. Uno de los individuos se desvió más de 1.000 kilómetros para evitar la tormenta tropical “Danny” a finales de agosto, y luego a principios de septiembre encontró la tormenta tropical “Erica” justo antes de llegar a Brasil. Otra de las aves debió desviarse alrededor de 1.400 kilómetros para evitar fuertes vientos adversos durante su vuelo sobre el Atlántico, antes de reanudar su recorrido hacia el sur.

“Las modelaciones del calentamiento global sugieren que la frecuencia y la fuerza de las tormentas tropicales aumentará,” dice Niles. “Si esto ocurre, el fenómeno podría tener un efecto devastador para la migración sur de las aves playeras.”

El estudio también evidenció que aves que estaban volando probablemente como parte de una bandada, tomaron algunas rutas migratorias previamente desconocidas. Un individuo voló directamente a través de la Amazonía, un hábitat inhóspito para las aves playeras. Los datos no sólamente validaron nuevamente la importancia de una serie de sitios de parada claves conocidos como Bahía de San Antonio Oeste en Argentina, la costa de Maranhão en el norte Brasil, y Bahía de Delaware en los EE.UU; sino que también detectaron una serie de paradas anteriormente poco conocidas, como la región de Churchill de Bahía de Hudson y las Antillas Menores en el Caribe.

La bióloga argentina Patricia González, una investigadora que trabaja en seguimiento de C. canutus a lo largo de su ruta migratoria, señala que “No hay fronteras para estas aves. Este tipo de proyecto es posible gracias a una red entusiasta y comprometida de investigadores, voluntarios, y comunidades que se está construyendo a lo largo de la ruta migratoria en las Américas. Los Playero rojizos nos están enseñando acerca de la colaboración.”

Los resultados obtenidos desde los geolocalizadores nos permiten la generación de valiosa información y nuevas perspectivas para la comprensión de las estrategias de migración de C. canutus, y sus áreas de reproducción y de invernada. Entre mayo 2009–2010, el equipo de investigación instaló geolocalizadores a 200 C. calidris más, que capturó en Canadá, Massachusetts, Nueva Jersey, Florida, Texas, y la Argentina. La colección de datos de geolocalizador de algunas de estas aves en el futuro agregará aún más conocimiento que permita la conservación efectiva de esta asombrosa especie.

Tomado de Noticias de la RHRAP - Alerta



 



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